En el universo del marketing digital, es común pensar que las redes sociales están diseñadas solo para vender productos a consumidores finales. Pero en realidad, también son una poderosa herramienta para vender servicios, tecnología, soluciones logísticas, maquinaria, software o asesoría especializada a empresas. Ahí entra en juego el enfoque B2B, sigla de Business to Business, es decir, cuando una empresa se dirige comercialmente a otra empresa.

A diferencia del modelo B2C, donde la publicidad apela muchas veces a lo emocional y al deseo inmediato de compra, el B2B se mueve por la lógica, la confianza y el retorno claro de la inversión. Y eso tiene implicancias profundas en la forma de hacer campañas publicitarias.

Cuando hablamos de estrategias B2B en publicidad digital, hablamos de identificar con precisión a los decisores de compra: gerentes generales, responsables de adquisiciones, directores de proyectos o jefes técnicos. En lugar de perseguir grandes audiencias, apuntamos a segmentos más reducidos, pero altamente calificados.

Plataformas como LinkedIn son clave en este esquema. Permiten segmentar por cargo, industria, país, tamaño de empresa o incluso habilidades específicas. Pero no basta con mostrar un anuncio frío. Lo que funciona en B2B es una estrategia de contenido patrocinado, donde se ofrece información útil, casos de éxito, tendencias del sector o soluciones concretas a problemas reales. Se trata de construir autoridad, no solo de captar clics.